María Magdalena en el río (canalización)

magdalena2Sentada al lado del río, cansada y acariciando el bebe que llevo dentro de mi, me miro en el espejo de estas aguas y sonrío pero pensativa. Siento emoción y Amor pero pienso en todo lo que supondrá este nacimiento, qué será de nosotros y de Él. Con la mirada fija en el agua siento su mano en mi hombro. Es Él, imposible equivocarse al sentir esa Paz y Amor. Dirijo mi rostro al suyo y lo miro. Sonriente como siempre, con esos ojos de profundidad infinita y un Amor de compartir que siempre me hace despertar de mi sueño irreal. Se acerca a mí, se agacha, me acaricia con una mano mi cara y, con la otra, la barriga. Siento como un despertar dentro de mi y como el bebé le sonríe.

Me dice Jesús: «María mírate ahora en el río. Contempla la verdad, deja atrás tus miedos, deja atrás Quien eres, siente la auténtica palabra de nuestro Padre».

Me miro en el agua y todo había cambiado. No contemplo mi rostro, veo luz y luz y al lado, Él sonriendo. En ese momento me dice: «Abrázate a mi, somos uno con nuestro hijo, somos uno con todo lo que nos rodea».

Comienzo a sentirme sin preocupaciones, libre y con una sensación como si estuviera danzando con Él y nuestro hijo. Fue un instante que pasó pero que nunca acabó. Una voz comenzó a decirme: «María, María levántate y se libre, yo siempre estaré contigo».

En un instante todo se desvaneció, ahí estaba sentada al lado del río con nuestro hijo, pero Él ya no estaba delante de mis ojos, estaba en mi interior sonriendo como siempre.

Siempre en cada paso que doy me laten en mi corazón sus palabras: ¿Ves María ese pájaro volar?  Ese pájaro eres tu, Dios le da la vida, la libertad de sus decisiones y de su camino. Aprende que siempre está contigo, nunca se ha ido, nunca ha dejado de escucharte, nunca ha dejado de amarte, nunca ha dejado de acariciarte. Tu y ese pájaro sois Él. El día que veas a ese pájaro sufrir o morir no estarás viendo al Padre, te estarás viendo a ti.

 

María Magdalena