El 31 de Octubre nos reunimos en Montserrat para dar la bienvenida a Samhain y adentrarnos en la oscuridad de la Tierra a través de Morgana, la Gran-Diosa Madre Universal, Reina de Avalon.
Se dice que la Diosa Morrigan lavaba la ropa de los guerreros muertos en batalla, sanaba sus heridas y los guiaba en el camino del más allá para que pudieran volver a reencarnar a la Vida. Se dice que ella era esposa del Dios Dagda, el padre del druidismo y que en Samhain ellos copulaban. Mientras ella tenía un pie en el río donde lavaba la ropa y el otro en la tierra, ellos se conocieron y tuvieron sexo. De este modo proveían de prosperidad a Irlanda.
“Cuando el la vio por primera vez, ella se estaba bañando al pie de la orilla del río. Piernas esbeltas y largas y muy pálidas, su piel dicen que es del color del hueso pulido, suave como el marfil. Manos inteligentes y hábiles desataron las nueve trenzas sobre su cabeza, dejando a su pelo derramarse por su espalda desnuda. Era el cabello largo y fino como un hilo de seda y del intenso negro de una noche sin estrellas, con el brillante brillo de las plumas de un cuervo.
Ella cantó suavemente mientras vertía el agua sobre su piel de porcelana. La canción era sombría y alegre a la vez, llena de todo el dolor y el éxtasis que era la vida y a la vez, llena de esa melancolía que deja tras de si el final de una vida plena. Algo despertó en él en el que se quedo inmóvil, contemplándola en el sitio. Conocía a esta mujer, y sin embargo, sentía que nada sabia de ella.
Algunos la llamaban Muerte silenciosa, otros la conocían como Reina en la Batalla, pero todo lo que podía ver ahora era una belleza sobrenatural, una promesa dolorosa y peligrosa que anhelaba hacer suya. No se dio cuenta de que se había movido hacia la gran roca plana , como un lecho, hasta que ella estuvo entre sus brazos. Ella lo miró con oscuros ojos de cuervo que reflejaban su propia pasión. Se rió para sí, tal vez parecía extraño que el Dios de la vida y la Diosa de la Muerte hicieran una unión tan apasionada, algo tan místico y sobrenatural como si hielo y fuego lograsen fundirse en un solo elemento.
Pero cuando el sol se hundió y murió el viejo año, entre las sombras de la noche de Samhain , felizmente murió en el éxtasis de su amor, sabiendo que al amanecer resucitaría, renacería con nueva fuerza. El beso de Morrigan puede traer la muerte, pero Dagda sabía que su verdadero don para ella, era morir de amor en sus brazos, para hacerla renacer de nuevo.”
La palabra Morgana deriva de «Morg» que quiere decir Mar.
Morg · Ana significa nacida del mar. Por este motivo ella es considerada también la Señora de todos los ríos, arroyos, lagos, lagunas, etc…
Cuando los Tuathá De Danann ganaron la batalla y quedaron como soberanos ella anunció la victoria diciendo:
«Paz en el cielo,
del cielo baja a la tierra,
Tierra bajo el cielo.
La fuerza en cada uno,
una taza muy llena,
llena de miel,
aguamiel en abundancia.
verano, en invierno,
Paz en el cielo»
Ella representa la Mujer Soberana, la Mujer Completa e invocarla nos ayuda a permitir morir aquellos patrones impuestos por la sociedad que tomamos como nuestros que impiden que seamos nosotros mismos.
Los Tuathá de Danann, los primeros hombres-dioses nos recuerdan lo importante que es retomar nuestra auténtica identidad.
Morgana representa el Amor y, a la vez, la Guerra. Ella vive entre los «dos mundos» y es capaz de conciliarnos en nuestro corazón.
En una preciosa ceremonia viajamos etéricamente al corazón de Avalon, invocaremos al Hada Morgana, discípula de Merlín para recordar nuestra potencial de sanación y nuestra capacidad de comunicarnos con los «dos mundos», es decir, nuestro interior y nuestro exterior desde la Unidad, como espejos uno del otro.
“En esta noche de Samhain
veo la luz del día disminuir,
y a la oscuridad ganar terreno
en este ciclo sin fin.
Llamo ahora a mis Ancestros
para que me acompañen en esta celebración,
con ellos esta cena comparto
y así juntos recordamos nuestro Amor.
En esta noche sin tiempo
el Dios se retira a descansar,
es la Diosa la que abre las puertas
y nuestras fogatas lo han de guiar».